
Me has dejado pensativa. Quizás porque recordé mi propia experiencia. Cómo bien dices es difícil recuperar confianzas una vez que éstas se rompen en un estallido de dolor y desilusión. Las mentiras por muy pequeñas que puedan parecer a quién las dice, incluso las llamadas "mentiras blancas" se van convirtiendo en un arma de doble filo, ya que acostumbra a quien las dice en tomarlas a la ligera.
Siempre he pensado que si alguien miente en lo pequeño, ¿qué más queda para lo realmente importante o más grave?
A veces no es la mentira sino simplemente la omisión de ciertos hechos. Simplemente no decir nada, no contar, callar. Y ahí también se rompe la confianza porque no se transmiten cosas al otro por temor, por no pasar un mal momento, porque no se le da la importancia necesaria.
Así las desiluciones al enfrentar la dura verdad se vuelve una mezcla de mentiras y omisiones.
He pensado en tu amiga y en muchas otras amigas que han tenido la dura experiencia de ver en un segundo como el mundo que tenían se desmorona de golpe. Y cómo además se enfrentan al momento de atar cabos sueltos. Es una locura. Tener que entender y agarrar la realidad y además preguntarse mil veces por qué.
Es un proceso duro, pero que todas sabemos finalmente pasa. Lo difícil es cuanto tarda en pasar.
Sin embargo, y aunque cueste, a veces es sano ponerse otra pregunta. ¿Qué bueno me puede traer esto en mi vida? Puede que suene horroroso la primera vez que uno se lo plantea , especialmente cuando los hechos son tan recientes... pero es el primer paso para ir dando vuelta la página.
Han pasado tantos años desde aquel episodio en que te pusiste a mi lado como un roble, que puedo decir, al menos desde mi experiencia, que ahora me siento más grande y plena después de lo vivido.
Tuve que pasar una experiencia dolorosa para crecer. Para plantarse ante la vida con otra actitud. Sirven mucho las amistades reales y sinceras como apoyo al principio, pero sobre todo sirve el una misma darse las fuerzas para seguir adelante.
Intuyo levemente lo que está pasando tu amiga. Pero el error no fue de ella al confiar, al querer, al amar. Eso es lo justo cuando se está compartiendo un camino con alguien. El error fue del otro al no responder a esa confianza al ocultar y mentir, al no ser sincero con esa relación. Saldrá más perjudicado a la larga quien obra de mala manera, que quién actúo con el corazón lleno.
Es verdad la vida te da sorpresas, te da imprevistos, pero una vez que caen, hay que sacarles la mejor parte, aunque a veces sea un agrio limón.
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