miércoles, 21 de julio de 2010

Durmiendo juntos


Anoche mi hijo menor llego medio sonámbulo, el pelo revuelto y todo transpirado a mi lado, mientras trabajaba en el computador.
Un poco desorientado me decía que no podía dormir, que escuchaba "ruidos extraños"... le mostré mi grabadora y la hice funcionar para que viera que las voces que salían provenían de allí.
-¿qué haces? me dijo.
Estoy trabajando lindo. Ves escucho y luego eso lo escribo aquí, en el computador.
Me paré, lo tomé de la mano y le fui a cambiar el pijama. Al ir a acostarlo, me miró y me dijo
-Por fis, por fis.. puedo dormir contigo?
-pero me falta mucho cariño!
-no importa, yo te espero en tu cama.
Acepté. y luego de un buen rato, apagué las luces y me fui a acostar. Allí me encontré con una cabecita rubia, con su olor tan especial que me hace comérmelo a besos. ¡cómo uno se puede resistir ante un cuellito así?. Me inunda por dentro un calorcito que me derrite de amor y ternura. Lo abracé y dormimos juntos.
En la mañana lo miraba dormir plácidamente y tranquilo. Confiado.
Recordé un artículo que había leído ayer sobre las relaciones sanas y la importancia del rol de la madre los primeros años cuando una responde a las necesidades del niño en su necesidad de vinculación. El niño tiene la sensación de ser omnipotente y le da fuerza.
Pero luego viene esta etapa de la iniciación del niño, la separación con la madre y es el padre quién le enseña, generalmente, cómo es la vida. Leía:

"La madre da la seguridad y la fuerza, el padre da la visión de la realidad. El papá aleja al niño de la seguridad que le da la madre para pasar a la seguridad en sí mismo y no una seguridad provista por otro".

Y aquí entra la separación de roles que una debe asumir, al tener que hacer función de madre y padre a la vez. ¡cómo darles independencia y seguridad, ánimos, si al mismo tiempo lo único que queremos es protegerlos para que no les pasé nada malo?

Pensé en mis otros hijos más grandes y creo que es hora de ir soltando poco a poco su independencia, empujarlos a que se atrevan a hacer más cosas solas, a brindarles seguridad. A aprender a formar relaciones sanas.

Y que son las relaciones sanas?

Tener una relación satisfactoria en donde yo quiera y me guste estar con el otro; y
que al otro le guste estar conmigo. Sentir la libertad de amar libremente al otro como soy, saliendo espontáneamente mi mejor parte.

No es fácil, sin duda, pero debiera ser así. Muchas veces caemos presas de nuestras propias inseguridades, de temores, de torpezas.

Pero es un camino. Que duro es aprender, pero que alentador, al mismo tiempo. saber que uno puede ir mejorando.

Un beso!

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