jueves, 22 de julio de 2010

Maleta


“El Humor y El Amor son las mejores maletas para el viaje de la vida”.

Y se recomienda ir ligero de equipaje por la vida, pero yo nunca sigo esa recomendación. Bien cargadita, vaya donde vaya.

Es que al pasajero se le conoce por su maleta.

En mi caso, el problema es qué meto en esa maleta.

Definitivamente no aprenderé nunca a hacer una maleta. Soy un auténtico desastre. No hay año que no me proponga coger las cosas justas y no me exceda en `kilos´ de lo previsto.

Si voy para 8 días pues…qué menos que 10 camisetas, pantalones cortos, vestidos…Por no hablar del calzado, que nunca encuentro un par que me sirva para combinar con todos los modelitos.

Debo tener el gen del `por si acaso´ marcado a fuego.

Por si acaso hace frío, calor, por si salimos, si paseamos,…las razones para tirar mano del `por si acaso´son innumerables.

Y erraban los que pensaban que eran cosas de la edad. Antes de tener el niño me advertían que el mal de llevarte el armario a cuestas se curaba cuando entraba en tu vida un niño. Pues tampoco es el caso. También para él meto toneladas de ropa `por si acaso´.

Dichosa maleta…
Hay una historia que se llama ¨Las cosas que llevaban los hombres que lucharon” de Tim O´Brien. Cuenta la peripecia de unos soldados que llevaban en su bolsa aparte de todo su equipo militar, todos sus recuerdos, su personalidad, su pasado, sus odios y amores, su fuerza y sus miedos. En medio de la guerra estos hombres llevaban a cuestas esta pesada carga. Parece increíble cuánto podían cargar, la lista de cosas parece interminable, pero es diferente para cada uno.

Podemos concluir que la maleta somos nosotros, es un icono de tu carácter, una valla publicitaria gratuita que le dice al mundo por dónde has pasado y que has ganado o perdido, a quienes has querido u odiado.

Te subes al tren, y los demás en lugar de mirarte a la cara, examinan tu maleta. Mmm, -Luce vieja y rota, debe ser que ha viajado mucho y por malos caminos, posiblemente en un diablo rojo, por eso esta tan maltratada-. ¡Vaya, sí que es elegante la chica, lleva un maletín muy fino, pareciera ser que nunca lo usa!-. – Parece ser un hombre práctico e inteligente, su maleta es pequeña y compacta, solo lleva lo necesario-. ¡Si es tacaño el hombre ese, lleva ese maletín que no cabe un alfiler, no quiere comprar uno más grande!-.

Si la maleta habla de nosotros…que hable bien.

Mañana remato la maleta. Sin falta.

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