
Antes de leer tu entrada ya estaba pensando en cual sería la mía. "Los detalles", pues si, le daba vueltas y vueltas a un tema que ha sido un tanto recurrente este último tiempo. Cuando me hablaste del beso de Iker, pues me quedé un tanto en el aire, ya que aqui no se vió... gracias a la tecnología está you tube e internet al alcance de la mano, y si... no sólo las españolas, sino cualquier mujer quedaría diciendo "Madre mía" despues de esa demostración pública de afecto, cariño, y sobre todo de esa mirada que culmina con un beso espóntaneo.
Dices bien al señalar que todas quisieramos que nos mirasen así algún día. Yo lo he sentido, tú y muchas.. por algo hemos andando contentas, pisando nubes y con mariposas en el estómago. ¿Quién no recuerda los primeros días en una relación?, ¿el pasarse horas eternas pegadas al teléfono? o ahora más modernas ¿estar pendientes de un mensajito en el celular?, contar los segundos que faltan para estar nuevamente al lado del hombre que ha sabido llamar tu atención, al que deseas ver, hablar o simplemente estar a su lado?.
Todo eso es fantástico, pero debiera ser igualmente lindo cuando ya han pasado meses e incluso años al estar junto al otro. Las relaciones avanzan y van madurando, van creciendo. Los detalles son otros, pero existen igual...
Ayer conversaba con un colega que lleva años de matrimonio y me decía un poco resignado que despues de tanto tiempo se ha dado cuenta lo importante que son los pequeños detalles en una relación... una frase hecha, pero que vuelve a tomar significado. Y no se refería sólo al llevar un presente o regalar flores, se refería al poner la mirada en su pareja con ternura, a esperar llegar a casa y sentirse contento con un buen recibimiento.
Las miradas dicen mucho, las posturas al hablar también, el tono de una conversación... quizás soy demasiado detallista y me quedo pegada en las formas. Ayer también escuchaba otra postura que es mirar al otro en el fondo, avanzar e ir más allá de esos detalles, no quedarse empantanados en las formas, moverse con tal libertad dentro de una relación que es sentirse cómodo sin tener que esperar que se le esté criticando la falta de ellos.
Pero cuesta entender. Cuando se quiere, cuando se ama, cuando se está en un camino, espontáneamente uno tiene detalles, como esa mirada y ese beso que deja escapar un "madre mía", me acordaba de la definición de cariño: "Cuando no encontramos ninguna palabra para expresar lo que sentimos, hablamos con las manos, colocando una caricia en cada dedo"... o la linda y tierna definición de un niño cuando decía que "el amor es cuando mi abuelo le pinta las uñas de los pies a mi abuela que tiene artritis, cuando él también lo tiene".
Para algunos son los detalles que en el fondo hacen sentir a la otra persona amada, querida, valorada.
Para otros, importan las obras de fondo, los sacrificios, lo global, el tomar distancia para ver mejor el cuadro completo y así mirar con ternura al ser que camina a su lado... con sus errores y con sus virtudes. Aceptarlo plenamente y no pedir cambios.
Y no puede existir una combinación de ambos?
¿Somos las mujeres tan sensibles a los detalles y los hombres, a veces, tan prácticos?
¿Qué pasa con el tiempo?... ¿qué sucede cuando el noviazgo se acaba y empieza el matrimonio?, y que hay cuando al matrimonio les vas añadiendo los años y años de convivencia?.. ¿No debería ser todo más pleno?, ¿más verdadero?, ¿más cierto?..
¿Podría Iker besar así a Sara en unos 40 años más?.
Todas queremos sentirnos amadas, que alguien nos mire con ternura... pero también debemos nosotras mirar a nuestro pololo, marido, novio, pareja... de la misma forma. Comprender sus límites, ver sus virtudes, tener detalles para con ellos... para que también se sientan mirados como nosotras esperamos que alguien nos mire.
No es fácil el camino...