miércoles, 4 de agosto de 2010

Diente de león



Siempre me han gustado los dientes de león. Esta flor amarilla que deja sus semillas a disposición del viento para que en un vuelo cercano o lejano alcancen la tierra y con la lluvia vuelva a germinar otra plantita.
Me gusta su fragilidad, me gusta su belleza y su forma sutil y vaporosa.
Recuerdo que cuando niña me encantaba tomar la flor del tallo, cuando sus semillas formaban una sola circunferencia, pedir deseos y soplar!
Ver como cada semilla se iba por el aire girando... ¡que sensación de libertad!
Perdí la cuenta del número de deseos que he pedido en mi vida con esta flor... sólo la sensación de tener la fuerza para arrancar esta especie de plumillas blancas, me daba un gozo infinito. El mismo que veo en mis hijos cuando cierran los ojos e insuflan aire a carcajadas, esperando ver de inmediato cual de todas esas pequeñas hélices plateadas se pierden en el horizonte.
Tan simple y sencillo es encontrar momentos de felicidad en la vida.
Descubrir los poderes alegres de esta flor se lo debo a mi madre. Ella fue la primera que me enseñó un diente de león. Recuerdo que al verla por primera vez me pareció una pelusa blanquecina, pero todo su esplendor apareció cuando mi mamá juntó los labios y al soplar esa flor se deshizo de repente en el aire! Obviamente yo quise intentarlo también.. y me resultó!
Cuando transmití esa experiencia con mis propios hijos fue una satisfacción tan grande para mi ver sus caritas de asombro, que en realidad no puedo dejar de asociar al diente de león con buenos momentos!
Quizás por eso la leyenda la señale como la flor de los niños. Se dice que el ángel de las flores la escogió entre muchas cuando ésta le respondió que quería "vivir en cualquier lugar donde niños felices me encuentren cuando corren a la escuela o mientras ríen y juegan en el campo. Quiero vivir a la orilla del camino, en las praderas y empujar entre las rocas en los jardines de la ciudad, y hacer a todos felices con mis colores brillantes.” -Tu eres mi flor preferida- dijo el Ángel, a la vez que posaba su mano sobre la cabeza amarilla del diente de león. “Tu florecerás en todo lugar, desde la primavera hasta el otoño, y serás la flor de los niños.”
Te mando un soplo de buenos deseos amiga.. descansa y nos veremos después!

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