miércoles, 1 de diciembre de 2010

Vida




Cada vez me convenzo más que estamos en esta vida con el propósito de aprender. Todo los que nos acontece no es en vano. Las alegrías, las penas, los momentos agrios y los dulces nos van dejando pequeñas o grandes lecciones que podemos tomar para seguir adelante o bien reprobar para retroceder.
Son nuestras elecciones las que van a marcar el punto de poder avanzar o no.
Hace unas semanas leía una interesante postura de una mujer hindú que contaba como la gente sigue una filosofía de vida ante las pruebas más grandes. Hambre, muerte, nacimientos, encuentros. Esto tenía que suceder para que yo comprendiera algo importante, decía.
Hace algunas semanas atrás, sentada en la catequesis para la primera comunión de mi hija, escuchaba a una apoderada comentar. "Dios no da a nadie un peso que no pueda soportar". Y hace unos días escuchaba a alguien decir, "Los imprevistos nos muestran algo más grande, nos tratan de decir algo importante para nuestras vidas".
El mensaje es claro, sin importar la religión o las creencias, uno debería tratar de ver más allá del momento que nos ha tocado vivir.
Eso al menos agrega un poquito de mayor felicidad. Aunque no lo podamos comprender del todo, el saber que de algo quizás triste, podamos crecer y ser mejores es un rayito de luz a nuestras vidas.
Un gran porcentaje de esa felicidad que buscamos se encuentra en la actitud que tengamos, primero con nosotros y después hacia los demás.
"La vida da muchas vueltas", muchísimas, agregaría yo a esta frase ya tan popular. Los caminos siempre empiezan cuando uno adelanta un paso y luego otro y otro más. En determinados momentos podemos hacerlos acompañados y disfrutar ese período, otros, tendremos que seguir solos. Pero siempre tendremos que seguir avanzando.
Llegar a nuestro destino, de la forma más o menos preparada, sólo dependerá de cada uno.
Me gusta imaginar que al final cada uno pueda verse como un frondoso árbol. Que cada rama pueda ser la extensión de esos miles de momentos que nos tocó vivir. Plenos, agradables, penas profundas marcadas en la corteza, pero que son cubiertas con nuevas y verdes hojas.

Un abrazo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario