Días..

Aparezco. Han sido días de mucho correr. Los niños se fueron y yo he tenido que seguir mi ritmo de vida. Es extraña la sensación, llegar a casa y sentir el silencio. Pero he estado bien.
En Santiago, la vida agitada de toda urbe me empujó a hacer varias cosas pendientes. Un domingo más relajado y el descubrimiento del Parque Bicentenario, hermoso lugar con cisnes de cuello negro. Un pulmón verde y extenso en medio de la ciudad que crece con edificios ultramodernos. La grata compañía se agradece...
El canal, los estudios, pasar a ver a los colegas. Una vorágine increíble.
y llegar... por fin a mi querida La Serena.
Y ayer tango. Ese tango que descubrí y que me pone contenta, aprender más pasos, sentir la música.
Una noche especial.
Y un despertar tranquila, para empezar un día soleado.