jueves, 7 de abril de 2011

TUZLA


Anoche, mi perra Tuzla, murió tras unos días de lento desgaste y agotamiento. Con once añitos, la alegre y juguetona perra, se fue. Era un animal noble, super agradecido y cariñoso.


Le puse ese nombre en honor a un pueblo bosnio que fue masacrado durante la guerra en la ex Yugoslavia. Tuzla fue un cachorro mimoso y entrañable, un osito de peluche. Con ella estrené la casa que ahora habito, y viví a su lado momentos muy divertidos. Desde que nació Carlos, Tuzla se quedó en el pueblo, en casa de mis padres, y vivió una vida en plena libertad. Corrió, ladro y saltó feliz.

Ayer fue su último día.


Tuzla formó parte de mi vida. Yo, que siempre había renegado de los animales, le cogí un gran cariño.


Nunca la olvidaré.

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