jueves, 10 de febrero de 2011

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Que sensación más agradable es volver a encontrarse con amigos. Pero de esos, con quienes los años han ido pasando, con quienes tienes historias y anécdotas que vivir y contar una y otra vez. Aquellos que cuando los ves, y estás abrazando en un saludo, pareciera que sólo ha pasado un día desde que lo encontraste la última vez y cuando empiezas a conversar es cómo retomar el hilo despues de una pausa.
El cariño permanece y la alegría de compartir es infinita.
Que bueno poder reir, desahogarse, quejarse, escuchar, sorprenderse e indignarse con los relatos del otro. Que buena es esa confianza de la amistad, aquella que ya ha aceptado al otro tal cual es. No hay secretos, no hay sorpresas. Se quiere y se estima sabiendo las debilidades y las fortalezas.
Hoy compartimos un helado y un café... el cielo grisaseo del preludio de una tormeta de verano. El calor, la brisa anunciando la lluvia que no aparece. Y la conversación.

Buenas noches!

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