Cómplices

Hace unos días pudimos conversar. Reirnos y recordar viejos tiempos. Claro que el WhatsApp no es lo mismo, aunque ayude a acercar los kms que separan el gran charco... América de Europa.
Pero me acordé de nuestros encuentros cómplices... subir por la Gran Vía, escaparnos al restaurante La Gloria de Montera y al final entre charla y charla hacer de nuestras conversaciones, verdaderas catarsis. Sacar afuera preocupaciones, comentar, reir, llorar, ser amigas.
Es lo bueno de la amistad, pero esa tan distinta que ocurre entre las mujeres.
Con nuestros códigos.
Pasar del llanto a la risa, sin dar explicaciones, de las miradas que lo descubren todo. De la comprensión sin mediar palabras.
Del oído atento, mejor que cualquier consulta de un sicólogo.
Te echo de menos!

Se que allí tienes la fortuna de contar con buenas amigas. Y yo aquí, descubrir un par de almas entrañables. La conversación en torno a un café es algo que no tiene precio.. ( mejor con una torta de chocolate).

Te mando un abrazo tremendo!

Espero que llegue pronto el día en que volvamos a estar juntas, con la cara llena de risa y sentadas dispuestas a hablar sencillamente de nuestras vidas.